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De la brecha al puente: cerrando la brecha del desperdicio alimentario con tecnología


Por Kilian Zaragozá , CEO y Co-Fundador de Naria.


El desperdicio alimentario y su compleja transversalidad, trasciende las fronteras de la alimentación para impactar profundamente en toda la sociedad. Los alimentos desperdiciados representan una pérdida inmensa de recursos para productores, distribuidores y consumidores y además contribuyen al agotamiento de recursos naturales y la degradación del medio ambiente. 

 

Cuando nos enfrentamos a esta problemática en el contexto de la inestabilidad social que estamos viviendo, la magnitud del problema es aún más alarmante. Las toneladas de alimentos que se desechan cada año en nuestro país, más de 60 kilos por hogar al año según los últimos informes, contrastan drásticamente con la realidad de más de 6 millones de personas que luchan contra la inseguridad alimentaria. Esta disparidad subraya la urgencia de abordar el desperdicio alimentario como un problema complejo y multidimensional que requiere soluciones efectivas para reducir su impacto negativo en todos los niveles de la sociedad. En este contexto, la digitalización emerge como una herramienta poderosa que puede multiplicar la capacidad de ayuda a los colectivos más vulnerables a través de un Tercer Sector más fuerte y conectado con el resto de agentes, enlazando de manera más efectiva con esos alimentos que podrían llegar a quienes más los necesitan. 

 

Uno de los mayores desafíos en la lucha contra el desperdicio es la gestión eficaz de los excedentes de la industria alimentaria. El desperdicio en la cadena alimentaria se origina en múltiples etapas, desde la producción hasta el consumidor final. Conectar estos excedentes y alimentos no vendidos con el Tercer Sector de forma digital representa una solución prometedora para combatir el desperdicio y reducir la inseguridad alimentaria. Plataformas digitales pueden desempeñar un papel fundamental al permitir a productores, distribuidores, caterings y restaurantes donar alimentos aptos para el consumo de manera eficiente a Bancos de Alimentos y entidades sociales. Estas tecnologías también pueden rastrear, medir y gestionar el flujo de alimentos, proporcionando información sobre las donaciones disponibles y verificando el proceso para garantizar que lleguen a quienes más las necesitan, creando así un sistema más sostenible y equitativo en la cadena alimentaria. 

 

La colaboración de todos los actores y el papel de sensibilización y supervisión de las instituciones son fundamentales para hallar soluciones efectivas. En este sentido, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha tomado la iniciativa en el ámbito normativo con la próxima promulgación de la Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario. Esta legislación establecerá medidas específicas para prevenir el desperdicio en todas las fases de la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo final, con sanciones que pueden oscilar entre 2.001 y 60.000 euros, que pueden llegar a los 500.000 euros en caso de reincidencia. 

 

 

Durante el proceso de configuración y desarrollo de este texto legislativo, Naria colaboró activamente, aportando nuestra experiencia y conocimientos en digitalización y gestión de excedentes alimentarios. Trabajando conjuntamente entre los diferentes agentes consultados para garantizar que las disposiciones de la ley sean efectivas y fomentando la colaboración entre la industria alimentaria y el Tercer Sector.  

 

La lucha contra el desperdicio no solo es una cuestión de ética y justicia, sino también una necesidad imperante en una sociedad donde la inseguridad alimentaria afecta a millones de personas. La existencia de estas dos realidades paralelas subraya la importancia de mejorar la gestión y distribución de alimentos en todas las etapas de la cadena de suministro, desde la producción hasta el consumo final, para garantizar que los recursos alimentarios se utilicen de manera más equitativa y sostenible en beneficio de toda la sociedad. 

 

Estamos convencidos de que la digitalización juega un papel clave en esta lucha y estamos orgullosos de haber contribuido a la creación de un marco legal que promueva la adopción de fórmulas y alternativas para combatir este problema. Plataformas como Naria, están liderando la revolución digital al diseñar soluciones innovadoras que facilitan la conexión entre las empresas con excedentes y el Tercer Sector de manera eficiente y efectiva, reduciendo las cifras de desperdicio alimentario. Solo durante el año 2023 se donaron más de 1.100 toneladas de alimentos con nuestras soluciones, ahorrando más de 500 toneladas de CO2 a la atmósfera gracias a la digitalización de procesos y aprovechamiento de recursos.  

 

Estos resultados y la implicación de cada vez más agentes son un testimonio del poder transformador de la tecnología y la colaboración entre el sector público y privado en la lucha contra el desperdicio alimentario. Es el momento de cerrar el capítulo del desperdicio y devolver a la alimentación el valor que se merece. 



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